En el día que Ferro celebraba sus 120 años de historia, el conjunto a las órdenes de Jorge Cordon no supo estar a la altura de la fecha y cayó estrepitosamente en Puerto Madryn.
El 4-3-3 inicial que planteó el verdolaga supuso una intención ambiciosa por desarrollar un juego más vertical y menos afecto a la tenencia excesiva del balón entre el mediocampo y las postrimerías del área rival.
Pero justamente la ausencia de un ente creativo en la formación inicial (léase Ricky Blanco aún con un torneo en cuentagotas) y la apuesta de prescindir de un ala más de contención (léase “Colo” Pinto, de satisfactorio rendimiento en las últimas fechas) le trajo una mala pasada a Oeste durante todo el primer tiempo.
Pocas ideas entre un Mosca que no podía convertirse en el cerebro del equipo y las decisiones erráticas en ofensiva de un Levato que siempre fue superado por su marcador, un Retamar sin chispa y poco dispuesto a ganar en su hábitat natural que es la velocidad y el uno contra uno y el nuevo refuerzo Alex Sosa que nunca entró en partido y se retiró lesionado tempranamente.
La apertura del marcador a los 17 minutos por parte de Machado con un remate inalcanzable para Ruiz y una previa acción individual que dejó en ridículo a la defensa del verde, no tocó ninguna fibra en el sistema de Ferro que se mantuvo opaco hasta el inicio del complemento.
Allí Franco García (reemplazante del lesionado Sosa) sorprendió en el arranque de la etapa final para clavar un empate tal vez impensado, pero que nos llenaba de cierta esperanza para afrontar el resto del match.
El envión de la igualdad duró poco para el conjunto de Caballito. Seis minutos después, Lorenzo es desbordado y Boolsen pifia en rechazar el centro posterior. Resultado: gol de La Banda y a penar nuevamente.
El resto del trámite fue quizás de lo peor que vimos de Ferro en el torneo. Ni las variantes lograron reencauzar el destino improductivo. Errores amateurs, falta de convicción y un semblante caótico que dejaba un panorama sombrío. El tercer gol fue total consecuencia de ese desorden generalizado línea por línea y la estocada final de una tarde para el olvido.
Aún cuando finalizando la fecha sigamos dentro del reducido (gracias a que otros equipos también navegan en la mediocridad generalizada del torneo), la producción futbolística del verdolaga sigue en deuda.
Daniel E. Silva