Así como en la física existen las constantes (aquellos valores que permanecen invariables en un proceso a lo largo del tiempo), en el fútbol profesional de Ferro también.
No importan ni la calidad de los jugadores o el cuerpo técnico, la sensación de fracaso en cada torneo es permanente.
No importan las buenas intenciones ni las planificaciones, el destino inexorable de cada campaña es terminar buscando culpables a los malos resultados.
Responsables existen muchos. Desde la dirigencia que nunca supo estar a la altura de la máxima actividad deportiva de la institución. Que por más financistas de ocasión o pseudo-gerenciamientos que existieren, el problema siempre pasó por no entender a la Primera Nacional, conformando equipos desbalanceados o sumidos en conflictividades diversas.
También subestimando rivales y contextos, creyendo que con la simple denominación de Ferro Carril Oeste y su rica historia sería suficiente.
Responsables existen muchos. Desde lo estrictamente futbolístico, la derrota con Guillermo Brown puso contra las cuerdas a Jorge Luis Cordon.
Si bien el “Gordo” no es el culpable que un delantero se “morfe” dos mano a mano por partido, algún zaguero le pifie a la marca o no pueda controlar bien el balón, los resultados siempre mandan y hoy tocar fondo en la tabla de posiciones lo expone a él y su sistema.
Un sistema que funciona mientras el viento sopla a favor, pero que al mínimo traspié se desinfla. En el empate transitorio del conjunto de Madryn, Ferro cayó en un pozo del que no pudo salir aún cuando restaban más de 45 minutos de juego.
Un equipo que no lograba vencer de visitante durante 11 fechas, se encontró con una defensa verdolaga regalada y dispuesta fecha tras fecha al aumento en la producción de “bloopers”.
Responsables existen muchos. ¿De los hinchas, de los socios, de los medios partidarios? No, nosotros somos víctimas del destrato, el desmanejo, de la violencia por parte de energúmenos. Pagamos religiosamente una cuota, un abono de platea, opinamos y sufrimos, costeamos de nuestro propio bolsillo los viajes al interior, nuestros equipamientos, sin pedir nada a cambio más que ver al Verde en Primera.
Hoy, como otra veces, eso parece estar muy lejano.
DANIEL E. SILVA