El trámite, hasta el penal que abriría el marcador, fue parejo y con ambos conjuntos turnándose la tenencia. Gimnasia tal vez ejercía un poco más de presión por la exigencia de ser local y demostrar fortaleza ante su público.
Ferro siempre intento ser un poco más laxo en ese sentido y buscar el error del rival o recuperar rápido en mitad de cancha para sorprender. Sin embargo, a pesar de las propuestas, el riesgo no abundó siendo todo en plan insinuante. Hasta que Miño, apremiado por una mala salida del fondo verdolaga y la presión norteña, tumbó en el área a Brandán y fue sometido a la pena máxima.
A los 32 minutos del primer tiempo, el 11 se encargaría de abrir el marcador y complicar el panorama.
Ferro salió decidido a cambiar la historia en el complemento, sin modificaciones durante los primeros 15 minutos. Con Villalva movedizo, Retamar imprimiendo velocidad y desbordes, Mosca tratando de convertirse en la manija y Colombini voluntarioso pero impreciso.
Con la ventaja mínima, los jujeños se vieron más relajados pero siempre ejerciendo presión sobre la última línea verde para forzar algún pifie.
Llegando a los 18 minutos de la segunda mitad, el futuro no era desolador pero si algo enrevesado. Para desterrar esa idea, Palacio, apenas ingresado por el “Keko”, tomó un rebote de Luchetti al borde del área chica y selló el empate que tonificó la esperanza de revertir el curso de la noche.
Sin embargo la expulsión de Faggioli, a cinco minutos de relevar a Moreyra, fue un paso atrás en el plan de ir por todo.
Con la desventaja numérica en el campo, Ferro tuvo que soportar el asedio rival (una en el palo incluida que detuvo nuestros corazones por segundos) tratando de no cometer demasiados errores para rescatar al menos un empate en esta primera excursión del año.
Foto: Prensa Gimnasia y Esgrima de Jujuy
DANIEL E. SILVA