Una derrota que no fue tal. Una nueva eliminación en la Copa Argentina, pero que deja mucho más para celebrar que lamentarse. La timba de los penales se inclinó para el lado de los rosarinos y en Caballito casi que nos resistimos a embrocarnos.
En primer lugar, porque durante 90 minutos Ferro peleó dignamente de igual a igual contra uno de los equipos que viene realizando una gran campaña en la primera división. Y arribaba a Parque de los Patricios con toda su artillería, sin guardar nombres.
Ferro, a pesar de algunos momentos de zozobra, lejos estuvo de maximimizar cuestiones defensivas. Ordenado y concentrado, el conjunto de Broggi entendió que su negocio podía andar mejor aprovechando algunos huecos que el mediocampo y defensa canalla tenían fuera de control. Amén de la presión ejercida por el verdolaga que dejaba muchas veces desorientados a los rosarinos.
El partido en ningún momento bajo su intensidad. Central queriendo dominar las acciones y el verdolaga confiado que a Salmerón y Vizcarra una pelota le iba a quedar para meter el batacazo de la jornada. Pero la enjundia “canalla” se transformó durante los últimos quince minutos del segundo tiempo en nerviosismo y allí Ferro tenía más reserva anímica pero falló al momento de definir las situaciones que se le presentaron.
De esa manera, nadie pudo quebrar ninguna de las vallas y se llegó indefectiblemente a la tanda de penales. Hasta esa noche, Ferro venía afilado en la materia. Pero el penal atajado al “Pupi” Salmerón, un jugador que tiene alta efectividad desde los doce pasos, puso en ventaja al conjunto de Rosario desde el inicio de la serie y luego no se podría revertir.
La desazón duró apenas segundos, porque antes hubo una lucha de 90 y pico de minutos en la que Ferro apeló a defender su historia y aspiraciones del presente de manera más que digna, sin dar lugar a reproches ni cuestionamientos de ningún tipo. Ferro dejó todo en la cancha para permanecer con vida en la Copa Argentina pero no se dió.
Ahora, restan 12 finales más por delante para mantener viva la ilusión de volver a Primera.