Le costó pero lo mereció. Ferro tenía que pasar como sea el escollo que representaba un necesitado y colista Santamarina. Y de carambola, justificándolo con garra y empuje, se logró la tercer victoria consecutiva que oxigena una magra campaña.
De movida a los dirigidos por la dupla Branda-Kohan le costó suplir la ausencia del goleador Enzo Díaz y no encontró en el “Cuqui” Márquez (reemplazado en el complemento por el juvenil debutante Walter Nuñez) el hombre de punta que abriera el camino en ofensiva.
Si bien se intentó equilibrar la falta de un punta de raza con el juego abierto hacia los desbordes de Giaccone y Ruiz Gómez sumando la sociedad Mosca-Torres para la sección creativa, no fue lo suficientemente punzante para generarle más riesgo que meras insinuaciones a Temperini.
En ese contexto la visita leyó el juego apostando al error ajeno y tratando de aprovechar algunas falencias en el retroceso de Oeste, que quedaba bastante desguarnecido cuando lanzaba todas sus líneas al ataque.
Aun sufriendo un par de sobresaltos por esa razón, Ferro siguió apostando a la asfixia de los tandilenses que a medida que el cronómetro avanzaba más se inclinaba contra su valla.
Esa presión se hizo más constante en los últimos minutos del complemento, con Ellacópulos y Román en el campo tratando de ofrecer más claridad en el traslado y conseguir con algún remate de media o larga distancia abrir el marcador.
Finalmente tras tanto buscar y con solo ser más aguerrido que su rival, Ferro encontró desde un córner la llave de la victoria cuando agonizaba el trámite.
Se ganó con lo justo y justicia. Sin sobrar nada, pero con la valentía de ir por todo hasta el final. Y a veces son eso alcanza.
FOTOS: Daniel E. Silva para Ferro Energía Verde.