El Verdolaga jugó su última fecha y cumplió. Derrotó por la mínima al Tricolor de Adrogué con gol de Enzo Díaz y ahora tendrá que esperar si los resultados ajenos le otorgan una chance para ingresar al reducido. De esta manera Jorge Luis Cordon estiró su invicto al frente del primer equipo y se retiró con una gran ovación.
Ferro se jugaba la última carta sabiendo que el resto de los equipos aún tendrían otra mano para mantener sus aspiraciones de ascenso. Ganar, para luego esperar, era el objetivo primordial que el Verdolaga se propuso en plan de ingresar al reducido, pero más que nada de regalarle al hincha que colmó el Templo, una sonrisa, otra caricia a un alma herida que el Gordo Cordon vino a sanar.
Y se ganó. De una forma no tan decorosa, pero Caballito celebró luego de 95 minutos jugados con nerviosismo de final del mundo pero también con cierta calma de que se había llegado más lejos de lo que hace unos meses pensábamos estar.
Ferro comenzó el pleito ejerciendo una buena tarea de presión alta, dejándole poco espacios para la inventiva al conjunto de Adrogué. Bordacahar y Enzo Díaz apurando a la zaga central, Tesuri y Gómez impidiendo el avance de los laterales, Miranda enfocado en la recuperación y Busse siempre dispuesto a canalizar el esfuerzo con alguna asistencia que de lugar al riesgo contra el arco defendido por Martín Ríos.
Esa presión comenzó a traducirse en hechos concretos al minuto de juego, cuando el goleador de Lobería aprovechó un mal despeje de Bogino y ensayó un disparo que se fue apenas rozando el palo.
El Verdolaga se dispuso a protagonizar un monólogo, capitalizando el balón y probando diferentes formas de allanar el camino al gol que se le negaba. Sin sufrir inconvenientes en la parte defensiva, el partido se presentaba de forma ideal pero concluidos los primeros 45 minutos, el 0 a 0 reinó en el marcador
En el complemento la visita salió de su actitud pasiva y comenzó a inquietar a Bailo. Ferro ya no tuvo el control absoluto de las acciones y entró en un estado de nervios que lo llevó a la contradicción de ser prolijo pero con apuro. La nebulosa favorecía al Tricolor, conforme con el puntito y esperando aprovechar algún error que podía llegar a través de la ansiedad verde.
Sin embargo la falla fue del “Laucha” Ríos cuando salió a cortar un envío de Miranda al área: la pelota se le escapó de entre las manos y Ortiz se durmió en la marca a Enzo Díaz que finalmente pudo transformar el deseo de miles de hinchas en realidad; la ansiedad vuelta tranquilidad en un grito desaforado.
El Verde adelantaba en el marcador a los 32 minutos y le quedaba margen para intentar un poquito más pero le bastó tan solo con la mínima. El penal errado por Enzo Díaz en tiempo de descuento quedó como una anécdota que no pudo borrar la alegría que volvió a inundar las veredas de Caballito.
Porque Ferro volvió a soñar, no solo por el desenlace que pueda tener este torneo donde zafamos de las arenas movedizas de los promedios y alcanzamos el status de pelear dignamente para entrar al octogonal.
Ferro sueña, porque por primera vez en mucho tiempo puede vislumbrar un futuro que no se presume espejismo.
Ferro sueña, se aferra y conjura su destino en un canto: “…Que de la mano del Gordo Cordon, todos la vuelta vamos a dar”.
FERRO CARRIL OESTE (1): 1.- Andrés Bailo, 4.- Hernán Grana, 2.- Gabriel Díaz, 6.- Sebastián Olivarez, 3.- Rodrigo Mazur, 8.- Walter Busse, 5.- Fernando Miranda, 10.- Renzo Tesuri, 11.- Nicolás Gómez, 7.- Cristian Bordacahar y 9.- Enzo Díaz. Suplentes: 12.- Iván López, 13.- Franco Lazzaroni, 14.- Rodrigo Melo, 15.- Gastón Ada, 16.- Federico Murillo, 17.- Bruno Barranco, 18.- Tomás Asprea. DT: Jorge Cordon.
