El empate frente a Riestra le brindó la posibilidad a Oeste de asegurar la clasificación al reducido. Sin embargo, dejó bastantes cuestiones en el debe futbolítistico.

A sabiendas de lo complicado y áspero que siempre resulta este rival, más en su reducto, el planteo inicial del Verdolaga estuvo basado en juntar un poco más sus líneas para ganar el duelo en mitad de cancha y buscar rápido la habilidad de Campos o Mosca para la generación ofensiva.

Durante los primeros 20 minutos eso fue lo que intentó el conjunto de Jorge Cordon pero sus creativos eran tragados por las marcas y sucumbían a las imprecisiones y entonces cada acción de ataque se desvanecía antes de pisar el área.

A través de la pelota parada y aprovechando las dudas de la visita, el Malevo contó con un par de chances que encendieron signos de alerta en un tarde en la que había que demostrar no solo carácter sino méritos futbolísticos para la obtención de un buen resultado que asegurara la clasificación al reducido.

Y las alarmas parecieron ser escuchadas. Ferro pudo hacer pie y empezó a generar algo de preocupación para el arco defendido por Arce. Díaz y Herrera en la delantera sumaban chanches para comenzar a creer que la tarde no iba a morir igualada en cero o con un resultado peor.

Ferro no tardó mucho en cambiar la cara apenas iniciado el complemento. Martín Campos, casi como un calco de su golazo en Mar del Plata, probó un remate violento de larga distancia cuya parábola impidió la reacción del guardameta local y en un minuto de juego se abría el marcador y un panorama distinto.

Pero la alegría le duró poco al Verde. Seis minutos después llegaba el empate para el conjunto del Bajo Flores, surgido de un combo letal que incluyó otra desinteligencia para defender en las pelotas paradas, permitiéndole a Romero cabecear en soledad, y la vista gorda del referí para advertir las molestias a Miño en la previa y ejecución del tiro libre.

De esa manera el trámite volvió al sendero de la incertidumbre y el nerviosismo. Ferro apegándose a la cautela y el miedo para no cometer más errores en el fondo y esperando que la velocidad de Retamar rinda algún fruto en el contragolpe. Y Riestra con un poco más de espíritu combativo pero sin argumentos, tratando de llevarse puesto a un rival que no le cedía espacios ni grandes fisuras para aprovechar.

El pitazo final de Monsón Brizuela terminaría por decretar nuestra clasificación al reducido y una fecha más de suspenso para los blanquinegros..

Punto de partida para Oeste que tendrá que cumplir frente a Aldosivi (complicado con la permanencia) un duelo que definirá la posición final en la tabla y también la imagen con la que tomará su tren rumbo a nueva ilusión.

Daniel E. Silva

Fotos: Daniel E. Silva para Ferro Energía Verde