Sin duda, Corrientes tiene “payé”, y un tiempo le bastó al equipo aurirrojo para quedarse con los tres puntos y achicar diferencias con el puntero Talleres. Ferro, en cambio, no fue otra cosa que un cúmulo de voluntades dispersas que de vez en cuando se juntan y por eso son muy pocas las situaciones de peligro que se crean en el arco rival.

Cinco bajas por lesiones acusa el verdolaga, entre ellas dos jugadores de punta como “Pupi” Salmerón y el “loco” Díaz; pero eso no es excusa para llevar un solo delantero (Vizcarra) que encima deja otra vez el campo por lesión y lo suplanta un defensor, teniendo en cuenta que a la brevedad Ferro deberá enfrentar a Atlético de Rafaela por los 32 avos de la Copa Argentina.

Esta vez el “ogro” Núñez no nos aplicó la vacuna antigripal, pero sufrimos a un Cángele inspirado que abrió el marcador desde los doce pasos, producto de una mano infantil de Larrea  dentro del área a sólo quince de iniciado el encuentro, y un misilazo de Bravo luego de un par de malos rechazos defensivos para bajar temprano la cortina. La expulsión del defensor correntino por doble amarilla no influyó para nada en el desarrollo de la segunda mitad, porque si bien, el conjunto correntino le prestó un poco la pelota a Ferro, tuvo dos oportunidades claras para aumentar el marcador.

Volvemos de Corrientes con las manos vacías y un cúmulo de dudas para aclarar. A Perazzo le quedan seis fechas (Instituto V, Nueva Chicago L, Crucero V, Los Andes L, Almagro V, Gimnasia Jujuy L), para enderezar los rieles y finalizar de la mejor manera otro campeonato para el olvido.