En este último tramo del torneo a Ferro no le quedaba más opción que ganar. Ya sea para despejar las complicaciones con el promedio o meter el sprint final para entrar al reducido por el ascenso.
Así lo entendió Jorge Luis Cordon al hacerse cargo de un plantel desmotivado, a la deriva, sin conducta de juego y con el producto de la cantera relegado.
En emergencia, logró acomodar las fichas de atrás hacia adelante, y a la inversa de técnicos perfumados de lirismo abstracto y máximas de café con masitas en El Coleccionista, apostó por los pibes.
Apostó por ellos cuando el manual del conservadurismo futbolero, el de whisky con triolet al mediodía, te dice que no hay que ponerlos en situaciones extremas “porque se pueden quemar”. Y al contrario de esa premisa, les brindó puestos claves porqué sabía del potencial y posibilidad de generar una transfusión de mística verdolaga, que cinco fechas atrás perecía anémica.
Apostó, porque él, desde la coordinación de inferiores, se las inculcó. Por eso, por ejemplo, pudimos ver como Fernando Miranda jugó como si tuviera 200 partidos en la espalda y Nico Gómez fue el mejor socio de Busse para brindar transiciones más fluido.
Pero también, Cordon recuperó a Renzo Tesuri uno de los refuerzos llegados con el Orfilato y que nunca terminó de encontrar un lugar. Le tocó volver a la titularidad de manera obligada por la lesión del “Laucha” Torres y a los dos minutos pudo abrir el marcador, luego de un toque suave de Bordacahar, otra de las figuras excluyentes.
Tesuri no se conformó con haber cumplido de manera temprana con su gran definición y devolvió la confianza del entrenador siendo una referencia constante por el sector derecho para acoplarse con Grana en sus proyecciones y llevar peligro constante desde ahí.
El hombre de Gualeguaychú habilitaría a los 15 minutos del segundo tiempo a Enzo Díaz para volver a quebrar el marcador que transitoriamente, sin mucha justicia, había empatado Morón. Más adelante volvió a formar sociedad con Bordacahar para poner el tercero y el segundo de su cuenta personal.
Contra toda lógica, Ferro no bajó las persianas y no se dedicó a preservar la ventaja esperando que el cronómetro haga su laburo. Lejos estuvo de sobrar el trámite. Fue por más y liquidó a la visita mediante otra aparición letal de Enzo Díaz. Y en la agonía el reencuentro con la red para Bruno Barranco, que tras un excelente pase en profundidad de Busse gritó cinco!
Cinco goles para demostrar que en cinco fechas, aún se puede recuperar tanto tiempo perdido.
Cinco goles para ofrendarle al hincha un día verde que no fue el de San Patricio de Irlanda, sino el de un santo más terrenal que en su rol de entrenador, cumple con lo que predica.
Asistente 1: Duilio Montello.
Asistente 2: Walter Ferreyra.
Suplente: Germán Bermúdez.
Estadio: Arq. Ricardo Etcheverri (Club Ferro Carril Oeste)
Amonestados: ST: 19’ Miranda (FCO), 36’ Pumpido (DM).
Expulsados: No Hubo.
Incidencias: PT: 5’ G. Díaz (FCO) erró un penal.
Cambios: ST: 26’ Pumpido x Alvarenga (DM), 31’ González x Mendieta (DM), 33’ Segovia x Bordacahar (FCO), 36’ Ada x Tesuri (FCO), 42’ Barranco x E. Díaz (FCO).
Goles: PT: 1’ Tesuri (FCO), 38’ Ramirez (DM) tiro libre. ST: 15’ E. Díaz (FCO), 28’ Tesuri (FCO), 29’ E. Díaz (FCO) y 45’ Barranco (FCO).