A lo Ferro. Mereciéndolo pero sufriendo. Así fue el triunfo en Tucumán donde el Verdolaga se reencontró con su mejor imagen para recuperar la confianza en un trastabillado comienzo del torneo.
Para esta tercera fecha, Jorge Cordon volvió a modificar nombres y esquema en la formación titular, y supo implementar las modificaciones en el momento justo de la tarde; dando muestras de que el empecinamiento no es una característica del “Gordo” aunque algunos detractores ante el menor traspié lo acusen de ello.
Y no había mejor escenario que La Ciudadela para replantearse muchas cuestiones futbolísticas.
Así lo entendieron todos los hombres de verde que salieron al ruedo. Desde el arranque se propusieron ejercer el predominio de la pelota ante un conjunto local que parecía desorientado en el campo.
Sin alcanzar demasiada profundidad Ferro mostraba mas ambición pero llegando a los 15 minutos el Ciruja comenzó a inquietar a la valla defendida por Saracho. En una de esas arremetidas Arias logró imponerse y abrir el marcador.
Las dudas y el panorama sombrío volvieron a posarse sobre la visita que acusó recibo del golpe y lejos de entrar en la desesperación se recompuso con una tarea formidable del mediocampo con Nico Gómez preciso en la marca y la distribución junto con el uruguayo Pérez Siri.
Producto del trabajo de presión, Levato aprovechó una mala salida de Sand y pudo alcanzar la igualdad cuando se moría el primer tiempo. Un resultado más que lógico dentro de un trámite parejo y discreto.
Para el complemento se vería la mejor versión de Oeste. Gabriel Díaz erigiéndose como estandarte en el fondo, la continuidad de Gómez en el centro de operaciones, Levato como referencia ofensiva aguantando todo y abriendo espacios más los acertadísimos relevos de Tomasetti por Mosca, Moreyra por Blanco (que mejoró pero sigue en deuda) y Retamar por García.
La idea de Cordon surtió efecto y volvió a dominar en todos los aspectos del juego. Aún cuando San Martín casi logra volver a ponerse en ventaja tras una confusión entre Saracho y Rodríguez que casi termina en un gol en contra del lateral verdolaga.
A falta de cinco minutos para el final, el monólogo verde se acrecentó con la expulsión de Orellana por doble amonestación y con un hombre más, Ferro tenía todo a su favor. Y lo supo aprovechar.
Fue tras una excelente habilitación de Gómez para Retamar que definió incómodo ante la salida de Sand y cuyo despeje encontró a Tomasetti ingresando al área chica para dotar de justicia al marcador y desatar un festejo alocado que exageradamente lo costó la expulsión por parte de un celoso Franco Aracita, cuando una tarjeta amarilla por quitarse la camiseta bastaba.
Primer triunfo del año, auspicioso por el contexto de urgencia y el rival. Habrá que revalidarlo frente a Arsenal el próximo sábado en Caballito.
Daniel E. Silva