Como si le faltara un tornillo. Así va Ferro transitando este último tramo de la fase clasificatoria para ingresar al reducido.
Y es que sí. La remontada resultadística y futbolística que imprimió Jorge Cordon al equipo tras la partida de Juan Manuel Sara, tuvo un eje primordial llamado Gastón Moreyra, al que una lesión lo tiene desafectado.
Si bien un equipo se basa en varias piezas, la fundamental que coordinaba el circuito de juego la perdimos temporalmente. Y no se encontró la forma de rearmar el esquema que el director técnico había basado en esta piedra filosofal surgida de la cantera.
En la tarde de Villa Crespo no solo se siguió sintiendo la ausencia de “More”, volvimos a encontrarnos con la falta de ritmo y actitud para plantarse en territorio visitante.
También el vacío de ideas y la comisión de errores quasi infantiles, como el que permitió la apertura del marcador por parte de Galeano para los Bohemios.
Es que Atlanta, urgido por despegar del fondo de la tabla, no fue arrollador teniendo la ventaja, aprovechándola de manera bastante pasiva.
A Oeste le brindaban bastante facilidades que no entendía como encararlas, porque también miraba de reojo hacia atrás con la inseguridad que emanaba su última línea y algunas pifias conceptuales del regresado Miño al arco.
Campos era el único que aportaba cierta claridad.
Tan desvencijada y notoria que Alvarado fue reemplazado por Boolsen al inicio del complemento. Y allí comenzó a cambiar la cara el conjunto de Caballito.
Con un poco más de sólidez en la retaguardia, Mosca fue soltandose un poco más y mostrando destellos de calidad, Vázquez (con responsabilidad en la marca a Galeano en su gol) comenzó a dar entregas más limpias y a corregir su visión para tomar
rivales y el “Pichi” Erbes ya no debía preocuparse demasiado en intentar cubrir las falencias de sus compañeros y se sumó al progreso verdolaga para controlar el trámite
durante el complemento.
Pero más allá de la mejoría, seguía faltando explosión en ofensiva porque Herrera y Díaz no estaban en buena sintonía a pesar de su empuje y presencia.
Cuando el segundo tiempo promediaba, apareció como en otros episodios el “bombero” Arena para apaciguar el incendio. Ferro se hizo completamente del balón para buscar con orden y paciencia, pero siempre careciendo de explosión, dar vuelta la historia.
La expulsión por doble amarilla del “Perro” Rodríguez cuando restaban quince minutos para el final, fue un cachetazo inesperado en el mejor momento del verde.
Pero aún con un hombre menos la visita siguió con el control y volvió a resurgir cierta esperanza en la agonía del encuentro cuando Galeano, la figura local, también vió la roja.
Los ingresos puesto por puesto de Palacio, Villalva y Colombini dieron a entender que la apuesta era oxigenar la ofensiva para ganarlo y no conformarse con el punto.
Pero la falta de chispa persistió como el hilo conductor de la jornada.
Ya en el último suspiro, Arena tuvo tras un tiro libre la chance de la victoria pero no llegó a acomodarse para definir bien.
El pitazo final de Dóvalo, dejó un empate con cierto sabor amargo a los dos contendientes.
Al Bohemio por no permitirle despegar en la pelea por la permanencia y a los de Caballito por haber desaprovechado un pleito que si se lo encaraba con otra actidud desde el arranque hubiera tenido bastante más probabilidades de ganar.
DANIEL E. SILVA
Fotos: Daniel E. Silva para Ferro Energía Verde