Había mucho en juego en la tarde de Morón. Tanto el “Gallo” como Ferro debían sí o sí ganar para salir de pobres y abrir una luz de esperanza en sus horizontes.
Ambos conjuntos llevaban consigo una deuda futbolística y en el caso particular de los dirigidos por Jorge Cordon, una merma considerable en lo concerniente a la actitud para afrontar los vaivenes del match.
Ante Atlanta, Ferro nunca pudo recuperarse de los golpes que el “Bohemio” le fue propinando y ese bajón anímico nos fue preocupando más que las cuestiones adyacentes a la eficiencia técnica.
Sin Gabi Díaz ni Andrés Bailo en el once titular, reemplazados por Sebastián Olivarez y Nicolás Avellaneda, y manteniendo el resto de la estructura del lunes pasado, Ferro poco a poco se fue erigiendo como claro dominador del trámite. Aunque sin sobrarle demasiado.
Pero se hizo dueño del mediocampo gracias a la movilidad de Asprea y su afán para pedirla siempre y llevarse la pelota hacia 3/4 de cancha y consustanciarse con el pibe Ramírez que nunca tuvo problemas en sortear con desfachatez y habilidad, los obstáculos y la aspereza de los defensores locales.
Después por el “Murga” Gómez que quitó a lo loco, nunca dio pelotas por perdidas y cuando lograba soltarse siempre estaba dispuesto para incursionar en ofensiva.
Ellos junto a Fernando Miranda, que tuvo un trabajo más silencio pero no menos importante ya que se encargó de recuperar muchas pelotas que parecían perdidas y darle curso vital y brillo a situaciones empantanadas, fueron el termómetro de Oeste que comenzó a sufrir temprano con la lesión inesperada de Pulicastro.
Lejos de provocar un bajón, esta vez la adversidad pareció jugarle a favor a Ferro que con el ingreso de un enchufadísimo Bordacahar fue creciendo en volumen de ataque.
Llegando a los 20 minutos iniciales, Morón pisaba poco el área de su rival que al contrario, venía sumando alertas y se estaba haciendo merecedor una mejor suerte que la pudo encontrar tras un córner y una serie de rebotes en el que Schönfeld terminaría empujando el balón contra de su propia valla.
El 1 a 0 potenció la hegemonía verde y así fue que 6 minutos después Gómez, tras habilitación de Ramírez, sacó un zurdazo impecable al primer palo de Salvá que nada pudo hacer. Ferro con el segundo gol, no solo mejoraba su performance colectiva sino que se volvía a encontrar abriendo el marcador y saliendo de la sequía de las primeras jornadas.
Cuando el telón del primer tiempo parecía bajarse sin demasiadas complicaciones y Morón solo había exigido una vez al guardameta verdolaga, Villalba cabeceó en el área chica y descontaba para agregarle la cuota de nerviosismo a un partido que pintaba para disfrutarlo más que para sufrirlo.
Para el complemento el desarrollo general fue de mayor intensidad si a fricción y lucha se refiere. Morón, apremiado por las circunstancias, fue apretando y dejándole menos espacios a la creatividad de Ferro. Si bien el peligro estaba latente porque desde un córner, un rebote, una desatención en el fondo, algún pifie, podía llegar la igualdad, fue más el fantasma de que alguna desgracia sucediera que el riesgo concreto sobre el arco defendido por Avellaneda.
A medida que los minutos se consumían, Ferro aumentaba su predisposición a liquidar el trámite por la vía del contragolpe pero también le fue jugando en contra el agotamiento físico. De esa manera y ya al borde de la extenuación, Asprea se proyectó bien abierto sobre la derecha y emprendió una carrera junto a Gómez y Maidana. Y sería este último, tras la habilitación sutil del “Murga”, que con un quiebre de cintura que dejó literalmente sentados en el césped a sus dos marcadores castigó de zurda para poner el tercero.
Corrían 41 minutos y la historia no podía empeorar. O sí. Casi. Morón fue a echar el resto con vergüenza pero sin tanta convicción. Cascoteaba el rancho de Oeste de manera infructuosa y desordenada hasta que ya en tiempo adicional, la fortuna le regaló un penal producto de una mano de Gabriel Díaz. Akerman no perdonó en su ejecución y el juego volvía a abrirse en la agonía.
Acto seguido Llobet cobró una infracción de Souto en el mediocampo y lo expulsaría directamente. Con un hombre menos y en esa delicada situación Ferro se abroqueló bien en los últimos dos minutos, blindó su fortaleza y consiguió llevarse los primeros 3 puntos en el torneo y de esa manera encarar con mayor optimismo el duelo vital del próximo lunes recibiendo a Platense.
Fotos: Daniel E. Silva para Ferro Energía Verde.