No importa demasiado el cómo, tampoco lo engorroso y tenso que resultó el trámite. Ferro ganó y toma respiro en las posiciones de la Zona A.
En la tarde-noche de Caballito no se vió a la mejor versión de Oeste, pero le bastó con ejercer un buen trabajo de presión y obtener su cuota de suerte, la que tantó le faltó a lo largo del torneo.
Morón tuvo un arranque dónde mostró equivalencias pero poco a poco se fue desvaneciendo, cediéndole el protagonismo al conjunto local que tuvo en el despliegue de Mazur y Bordacahar y algunos chispazos de Torres, las claves para mostrarse apenas superior.
Con presión y poniendo muchos hombres en al área del “Gallito”, Ferro insinuaba, merecía pero le faltaba claridad. En una de esas incursiones, cuando el primer tiempo moría y no ofrecía demasiadas novedades, la Argentum 18 se transformó en una bola de Pinball y luego de una serie de rebotes encontró el pie de Valentín Perales para meterse en el arco de Salvá, que nada pudo hacer.
El gol necesario, en el momento justo. El verde se ponía al frente y encaraba con otra óptica el resto del partido.
Para la etapa complementaria, Morón intentó con los ingresos de Alonso y Akerman tener más peso ofensivo y complicarle la faena a los dirigidos por Jorge Cordon. Durante algunos minutos amagó con hacerse del dominio del juego ante el retroceso del rival, pero nunca encontró las formas para generar peligro real.
Ferro salió de ese apriete momentáneo y volvió a tomar las riendas, transformando a Salvá en figura quién ahogó los gritos de gol a Mazur, Torres y Bordacahar.
Pudieron haber sido un par más, pero fue apenas con un gol en contra. Suficiente y necesario para empezar a salir del pozo.
FÚTBOL PROFESIONAL – RESUMEN