En una noche magistral, Ferro desplegó carácter y un gran juego colectivo para imponerse a Salta Basket y sellar su permanencia en la Liga Nacional.
(Foto: La Liga Contenidos / Marcelo Endelli) |
El quinto partido de la serie definía quién se quedaba en la élite del básquetbol argentino o le tocaba descender de categoría. Era un match a todo o nada.
Y Ferro pudo hacer funcionar su maquinaria de forma tal que aquello que vislumbramos como un sufrimiento terminara siendo un gozo absoluto durante la mayor parte del encuentro.
El verdolaga arrancó efectivo con un parcial de 8-0 que descolocó desde un principio a la visita. Bajo la sapiencia de Franco Balbi, la electricidad de Cosolito y los aciertos de Peña y Harper, Ferro fue cimentando su buen rumbo llegando a sacar una diferencia de 14 en los primeros 10 minutos.
La buena producción se mantuvo en el segundo período, con Hernández certero desde la línea de simples y los ingresos de Gramajo y Spano para el aportar frescura desde la banca. Con ventaja de 18 se llegaba al entretiempo, cautelosos, pero con cierto halo de tranquilidad porque el conjunto de Laginestra emanaba superioridad y las tribunas colmadas y festivas del Etchart así lo sentían.
El tercer cuarto, uno de los karmas de Oeste, se tornaba decisivo: Ferro ponía el punto de quiebre o Salta reaccionaba para inyectarle nervios a la noche de Caballito. El capítulo arrancó con un triple de Cosolito que daría paso a un parcial de 11-0 letal a favor del verde y estirar el score hacia una máxima de 29. Demoledor.
A esta altura la Catedral del Básquet era una verdadera caldera porque de a poco el fantasma del descenso se iba desfigurando. Pero cuatro pérdidas en continuado de Ferro, un triple de Espinoza y otro de Gerbaudo encendieron momentánemente las alertas y el entrenador verdolaga se vió obligado a un tiempo muerto para no perder un sendero que se presentaba firme. Al regreso del llamado de atención, un bombazo de Cosolito volvía a enderezar el rumbo para cerrar el tercero ganando ampliamente por 72-45.
El desenlance fue todo un monólogo verde con Aaron Harper abultando su cuenta a puro lanzamiento perimetral y encendiendo aún más la caldera que ya era el Etchart. Ferro manejó a su antojo el último cuarto para que el desahogo del hincha fuera más placentero.
Ferro es de la Liga y de aquí no se va.
SINTESIS