La familia verdolaga está de luto. A los 49 años nos dejó físicamente Marcelo Alejandro Galeazzi, “El Flaco”, como lo apodaban cariñosamente en el ambiente futbolístico y en el barrio.
Desde que arribó de su Rosario natal, su vida transcurrió en Caballito. Hizo las inferiores en el Club, compartió la pensión junto a Oscar Acosta, Fabián Suescun, Oscar Favre, Fabián Coeli, Fabián Cancelarich, Luis Piazzalonga, José Fantaguzzi y Daniel Miranda, entre otros, haciendo gran amistad no sólo con los de su edad sino también con los profesionales. Para Ferro jugó en Primera un solo partido y llegó a vestir los colores de otros equipos, entre ellos, dos de los denominados “grandes”: Racing Club y San Lorenzo de Almagro. Al abandonar profesionalmente el fútbol se dedicó al ramo inmobiliario y como no podía ser de otra manera, estableció su negocio en Caballito.
Desde que arribó de su Rosario natal, su vida transcurrió en Caballito. Hizo las inferiores en el Club, compartió la pensión junto a Oscar Acosta, Fabián Suescun, Oscar Favre, Fabián Coeli, Fabián Cancelarich, Luis Piazzalonga, José Fantaguzzi y Daniel Miranda, entre otros, haciendo gran amistad no sólo con los de su edad sino también con los profesionales. Para Ferro jugó en Primera un solo partido y llegó a vestir los colores de otros equipos, entre ellos, dos de los denominados “grandes”: Racing Club y San Lorenzo de Almagro. Al abandonar profesionalmente el fútbol se dedicó al ramo inmobiliario y como no podía ser de otra manera, estableció su negocio en Caballito.
En 2007, con el objeto de participar del Torneo de Fútbol Senior organizado por la Mutual Casa del Futbolista, junto al “Negro” Daniel González, también nacido en la institución y profesional de primera división, generaron este proyecto. Marcelo, formaba parte del plantel Senior, hasta que en el mediodía de hoy su corazón dejó de latir.
Los que lo conocimos desde sus épocas de inferiores y lo apreciamos como un integrante más de nuestras familias lo vamos a extrañar un montón, porque “cuando un amigo se va, queda un espacio vacío…”
¡¡¡Hasta siempre, Flaco!!!