Se habían dado los resultados para que Ferro no desaprovechara la oportunidad y en el cierre de la fecha volver a estar nuevamente a pasitos del líder Talleres. Pero el conjunto de Perazzo, aún tomando ventaja en el marcador en dos momentos claves del partido, no supo conservar ni aumentar las diferencias y Brown de Adrogué lo castigó llevandose un empate que dejó en Caballito un sabor más amargo que dulce.
Luego de la igualdad milagrosa en Floresta, dónde el equipo dejó mucho que desear y sólamente tuvo ráfagas ofensivas sobre la agonía del encuentro, Ferro tenía que renovar la confianza ante su público. Con el ingreso desde el arranque de Ezequiel Pérez y Guillermo Vernetti, se hacía notoria la idea de Perazzo de poner dos hombres de buen pie para auxiliar a Navarro en la conducción y procurar que Ojeda pueda desplazar su explosión hacia el ataque y no desgastar demasiado al “Pupi” Salmerón, que últimamente tuvo que resignarse a luchar en solitario, recibir siempre de espaldas sin muchas opciones para la descarga, impidiéndole su enfoque directo hacia el arco.
Con esa disposición había arrancado más fino el verdolaga, ejerciendo dominio, pero creando apenas tres situaciones claras en todo el recorrido del primer tiempo. Incluyendo el gol: una culminación del “Pupi” Salmerón tras un centro rasante de Aguirre que había recibido previamente la habilitación de Pérez. Corrían 41 minutos y todos suponíamos que el primer tiempo se cerraría al menos con esa ventaja.
Pero la visita que con un juego simple, apostando al contragolpe y resignando la tenencia del balón había cosechando casi la misma cantidad de situciones que el verdolaga, se encontró con la llave del empate en el cierre de la primer etapa. Un tiro libre a la altura de la medialuna, tras un fallo discutible del referí Alejandro Castro dónde no parecía ser falta de Frontini sobre Asenjo, y que fuera ejecutado formidablementer por Chavez volvió a amargar el festejo de Oeste.
Apenas iniciado el complemento avisaría el tricolor con un cabezazo de Asenjo que se le escapó a Limousin de las manos y con suspenso la pelota recorrería toda la línea. Ferro acusó recibo de lo que hubiera sido un golpe letal y se armó rápidamente con las mismos dispositivos pergeñados para llegar al área rival, apostar a la precisión de Vernetti, Navarro, Perez, incluir a Ojeda en el circuito y mantener a Salmerón como única referencia de área.
Así ocurriría una nueva intervención de Pérez, que con un simple toque habilitaba a Ojeda para repetir la misma formula del primer gol: centro abajo para buscar que alguien empuje el balón. Y se concreto nomás el segundo. Luego que Salmerón se resbalara y no alcanzaría a meterla contra la red, surgió Vernetti con un Martín Ríos ya vencido para aumentar el marcador.
Volvía la sonrisa a las tribunas a 9 minutos de reiniciado el juego y el técnico entendió que debía ganar en velocidad en 3/4 de cancha y desestimar un poco la tenencia para liquidar el pleito. Por eso luego del 2 a 1 trocó a Díaz por Navarro, que sigue navegando en un mar de intrascendencia futbolística. El ex Atlético Tucumán apenas ingresado, casi justifica su aparición, escalando por izquierda y con una chance nítida que Ríos no tendría inconvenientes en rechazar. Ezequiel Pérez era el que volvía a habilitar en esa ocasión y uno de los pocos que veía, fugaz pero preciso cuando se lo requería, por dónde encarar el juego.
Se vislumbraba una rápida recuperación que debía darle paso a una mayor fluidez y tranquilidad al esquema de Perazzo pero que la perdería merced a un armado defensivo desvencijado. Por el sector izquierdo mantuvo la obstinación de poner a Izco jugando a pierna cambiada y en una posición que no es su fuerte, el mal momento de Vera que no logra acoplarse a la zaga con Frontini y Alan Aguirre que aporta demasiado en ataque pero que se complica muchas veces para cerrar al rival por su sector.
Poco a poco Ferro se iría desdibujando y perdería de a tramos el dominio del trámite. Brown se animaba porque veía titubeante a la defensa verdolaga y a su mediocampo sin tanta vocación de lucha ya que depositaba en Alderete toda la ríspidez necesaria. Así fue creciendo el conjunto de Pablo Vicó y comenzó a disputarle territorio y buscar con más decisión el empate. Que lamentablemente llegaría.
Lo dejo venir Oeste y llegó. Desde un córner, provocado luego del potente disparo de Barbosa que desvió Limousin, asomó la cabeza de Soto para establacer el 2 a 2. Injusto? Para nada. Preocupante? Seguro.
Nuevamente la alegría, la tranquilidad nos duraba poco y a menos de 25 minutos del final había que volver a buscar la ventaja. Ferro no tuvo la sapiencia ni la actitud necesaria para encarar la recta final, sufriendo la imposibilidad de no llegar con claridad ni agresividad al área de la visita, además de algunos de sus contragolpes que de no haber sido anulados por posiciones adelantadas e ineficacia en la resolución, podrían haber hecho más trágica la noche.
Ferro no encuentra el nivel superlativo que nos encandiló en las primeras fechas. Ferro sigue en una obstinación de roles confundidos y pérdida total de la brújula futbolística. Ferro carece de la actitud aguerrida para hacerse respetar y llevarse puesto a los rivales en Caballito. Ferro perdió la aptitud física para que esos factores puedan alinearse. Ferro aún sigue a 6 puntos de Talleres, pero lo demostrado en las últimas cuatro fechas nos indica que la diferencia es mayor.
Sabemos que existen la capacidad y los protagonistas necesarios para revertir esta mala racha. Habrá que limar todas las asperezas para volver a la senda de la ilusión. La historia lo exige.
SINTESIS
15.- Brian Gómez, 16.- Gabriel Flores, 17.- Maximiliano Laso y 18.- Jonatan Tarquini. DT: Pablo Vico.
Amonestados: PT: 24’ Maidana (B); ST: 15’ Bocchino (B); 25’ Chávez (B) y 27’ Oviedo (B)
