Una imágen que ya es costumbre (Foto: Ferro Energía Verde) |
Otro título más. Un nuevo trofeo que brillará en las vitrinas de la Institución y que representa el esfuerzo y la convicción ganadora de un equipo que ya puede ser considerado histórico.
Bajo la conducción de Gustavo Sciglitano la Liga de Honor femenina de handball consiguió el último sábado la Copa Femebal tras vencer a Ntra. Sra. de Luján 25-23 en una final peleadísima.
No fue casualidad. Fue la cosecha de un espíritu que se forjó a través de una carrera por todas las divisiones formativas, dónde allá por el 2010 unas Juniors con carácter y actitud colectiva se sobrepusieron a momentos muy difíciles. No tanto deportivos, sino por algunos conflictos que se suscitaban fuera de la cancha y hacían peligrar la continuidad en el club de protagonistas fundamentales en estos logros de hoy.
Ferro estuvo a punto de perder una generación dorada en aquel entonces. Fueron días de incertidumbre y de confusión, donde finalmente primó el amor por la camiseta y la mística generada en el viejo y querido Playón.
Fueron ellas las que siendo todavía promesas un día tuvieron que comenzar a tomar la posta del primer equipo. Las que en épocas de escasas alegrías en Caballito, bajo la desidia de un Organo Fiduciario que dejaba todo librado al esfuerzo de padres y Subcomisiones, nos dieron la esperanza que no todo estaba perdido y que el verdolaga podía volver a ser ejemplo del deporte argentino. Vimos en aquel Apertura 2013, en esa vuelta olímpica en Lanús, que de a poco estábamos recuperando los valores que siempre nos habían identificado. Campeonas invictas, que salieron cada jornada a coparle la parada a rivales de peso y portaban de antemano más chapa de candidatos. Campeonas que eran presente y tenían todo un futuro por delante. Con la experiencia en el arco de Marisol Carratú y la magia de Victoria Crivelli, Ferro fue una máquina traccionada por grandes jugadoras como Agustina Latrónico, Luciana Salvadó, Daniela Contreras, Rocío Bernardez, Alejandra Burgardt, Nur Schweitzer, Mariana Grendene, Florencia Aimone, Florencia Ponce de León, Paula Mosciaro, Carolina Vilorio, Catalina Burgos, Mariana Carbia y otra gran portera como Julia Carossella que tras su retiro daría lugar a la aparición de Tatiana Kremenchutzky. Nombres que sentarían las bases para los logros que se fueron acumulando siempre con la dirección de Sciglitano: Apertura 2014 y 2015, Clausura 2015 y los Nacionales 2014 y 2015, al mismo tiempo que nos irían llenando de orgullo las convocatorias al Seleccionado.
No fue casualidad. Fueron años de sangre, sudor y lágrimas, de toda una vida sintiendo al Club como el segundo hogar y la motivación de dar todo por él.
Y aunque ya podemos considerarlas históricas, todavía resta mucha tinta para escribir sobre ellas, por más satisfacciones que seguramente vendrán.
Gracias y ¡¡¡Salud multicampeonas !!!